Obra abierta
El primo de mi mujer es artista. Pintor de brocha gorda y fina sensibilidad. Yo no entiendo una pincelada de lo que plasma de forma compulsiva sobre enormes lienzos. Eso no ha impedido comprar un cuadro en su última exposición. Éxito de público. No de ventas. La nuestra fue la única y más bien por... ser primo.
Luce en el salón. Un trazo de esquina a esquina. Ya está. Le llama Geopositivismo y dice que será lo más en arte. Creo que hemos hecho una gran inversión.
El sábado muy temprano sorprendí al primo en el salón trabajando en el cuadro. Mi asombro le pareció ofensivo porque me dedicó apenas una mirada de soslayo y a modo de tímida explicación me dijo que era una obra abierta y yo que sé que más. Yo, por no importunar le hice un café y volví a dormir.
Ayer a medianoche el fotógrafo de mi boda nos sacó de la cama. Nos hizo vestir con los trajes apolillados, improvisó un escenario en el jardín y tomó instantáneas de unos novios impasibles pero aún enamorados, eso sí. Pase porque las fotos eran buenas y no nos volvió a cobrar.
Maldita sea, pero lo que me tiene realmente acongojado es el arquitecto que desde hace media hora toma medidas de forma meticulosa por toda la casa.
El primo de mi mujer es artista. Pintor de brocha gorda y fina sensibilidad. Yo no entiendo una pincelada de lo que plasma de forma compulsiva sobre enormes lienzos. Eso no ha impedido comprar un cuadro en su última exposición. Éxito de público. No de ventas. La nuestra fue la única y más bien por... ser primo.
Luce en el salón. Un trazo de esquina a esquina. Ya está. Le llama Geopositivismo y dice que será lo más en arte. Creo que hemos hecho una gran inversión.
El sábado muy temprano sorprendí al primo en el salón trabajando en el cuadro. Mi asombro le pareció ofensivo porque me dedicó apenas una mirada de soslayo y a modo de tímida explicación me dijo que era una obra abierta y yo que sé que más. Yo, por no importunar le hice un café y volví a dormir.
Ayer a medianoche el fotógrafo de mi boda nos sacó de la cama. Nos hizo vestir con los trajes apolillados, improvisó un escenario en el jardín y tomó instantáneas de unos novios impasibles pero aún enamorados, eso sí. Pase porque las fotos eran buenas y no nos volvió a cobrar.
Maldita sea, pero lo que me tiene realmente acongojado es el arquitecto que desde hace media hora toma medidas de forma meticulosa por toda la casa.
Francesc
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Entre tejuelos
Cuando las luces de la
biblioteca se apagan, algunas novelas eróticas se despojan de sus tapas y se
entregan a una orgía de tintas y papel.
Al día siguiente algunas
historias son distintas, y al poco, pequeños libros sospechosamente parecidos a
otros más viejos, aparecen en los anaqueles.
Antonia G
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